El Hijo de Dios
¿ES JESÚS EL CRISTO, EL HIJO DEL DIOS VIVIENTE?
Muchos adventistas declaran con los labios: “Jesús es el Hijo de Dios”. Pero ¿cuántos creen verdaderamente que Él es el Hijo literal, engendrado del Padre eterno antes de toda creación? La doctrina de la Trinidad afirma que Jesús es coeterno con el Padre, sin origen, lo cual anula su filiación verdadera. Si el Padre no engendró al Hijo, entonces no es su Padre, y Jesús no sería su Hijo, sino su igual eterno, un gemelo, no un Hijo nacido de Él. Eso es un ataque directo al corazón mismo del evangelio.
“¿Quién es Cristo? Es el Hijo unigénito del Dios viviente.” — Elena G. de White, The Youth’s Instructor, 28 de junio de 1894
VERDADES QUE BRILLAN COMO FUEGO EN MEDIO DE LA NOCHE:
1. Cristo fue el Primogénito del cielo.
“La dedicación del primogénito tuvo su origen en los tiempos más remotos. Dios había prometido dar al Primogénito del cielo para salvar al pecador.” — Elena G. de White, El Deseado de Todas las Gentes, p. 51
El término “Primogénito del cielo” no es simbólico. Fue una realidad divina ocurrida en la eternidad. ¿Puede Dios prometer dar algo que no tenía?
2. Cristo ya era Hijo antes de la encarnación.
“¡Qué regalo hizo Dios a nuestro mundo! El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Dios envió a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado, sujeto a enfermedades físicas, tentado en todo como nosotros. Él era el Hijo del Dios viviente. Su personalidad no comenzó con su encarnación.” — Carta 77, 3 de agosto de 1894
3. Cristo fue arrancado del seno del Padre.
“El Padre eterno, el inmutable, dio a su Hijo unigénito, arrancó de su seno a Aquel que fue hecho a la imagen misma de Su persona, y lo envió a la tierra para revelar cuánto amaba a la humanidad.” — Review and Herald, 9 de julio de 1895
¡Este lenguaje es literal, profundo y sagrado! Cristo fue engendrado de la misma sustancia del Padre, no creado ni adoptado.
4. Cristo ya era Hijo antes de la creación de los ángeles.
“Cristo era el Hijo de Dios, que existía con Él antes de la creación de los ángeles.” — Historia de la Redención, p. 15
5. Satanás se rebeló porque Cristo era Hijo y no él.
“Cristo era el Hijo unigénito de Dios, y Lucifer, ese ángel glorioso, inició una guerra por el asunto, hasta que tuvo que ser arrojado a la tierra.” — Manuscrito 86, 21 de agosto de 1910
“Fue al tratar de exaltarse por encima del Hijo de Dios que Satanás pecó en el cielo.” — El Deseado de Todas las Gentes, p. 129
“Su belleza era tan exaltada que creía que debía ser como Dios, y que Cristo debía ser su segundo; pero el Señor le informó a Satanás que esto era imposible. Cristo era su Hijo unigénito.” — Carta 157, 1910
6. Dios no entregó a un símbolo, sino a Su verdadero Hijo.
“Dijo el ángel: ‘¿Pensáis que el Padre entregó a su amado Hijo sin lucha? No, no. Fue incluso una lucha con el Dios del Cielo, entre dejar perecer al hombre culpable o entregar a su amado Hijo para que muriera por él… Solo la muerte y la intercesión de su Hijo pagarían la deuda.’” — Primeros Escritos, 48.1
7. Elena G. de White lo repitió en múltiples ocasiones y en distintas décadas.
“Cristo infundió en hombres y mujeres el poder de vencer… En su encarnación, obtuvo en un nuevo sentido el título de Hijo de Dios… Siendo Hijo de un ser humano, se convirtió en el Hijo de Dios en un nuevo sentido.” — Señales de los Tiempos, 2 de agosto de 1905
“Cristo no había cambiado su divinidad por la humanidad, sino que había revestido su divinidad de humanidad y le dio a Satanás la evidencia que había pedido: le mostró que era el Hijo de Dios.” — Review and Herald, 29 de octubre de 1895
8. Jesús no es el Padre.
“Él no era el Padre, pero en Él habitaba corporalmente toda la plenitud de la Deidad.” — Carta 8a, 7 de julio de 1890
“El hombre Cristo Jesús no era el Señor Dios Todopoderoso, pero Cristo y el Padre son uno.” — Manuscrito 140, 27 de septiembre de 1903
9. Cristo es el único ser en el universo que puede entrar en todos los consejos de Dios.
“Cristo, el Verbo, el Unigénito de Dios, era uno con el Padre eterno, uno en naturaleza, carácter y propósito, el único ser en todo el universo que podía participar en todos los consejos y propósitos de Dios.” — El Conflicto de los Siglos, p. 493
10. El testimonio de los pioneros fue el mismo.
“Cristo es el único Hijo literal de Dios… Él es Dios porque es el Hijo de Dios; no en virtud de su resurrección.” — J.G. Matteson, Review and Herald, 12 de octubre de 1869
11. Elena G. de White jamás se desvió de esta verdad.
“Cuanto más pensamos en la llegada de Cristo a la tierra, más maravilloso nos parece. ¿Cómo puede ser que el niño indefenso en el pesebre de Belén siga siendo el divino Hijo de Dios?” — The Youth’s Instructor, 21 de noviembre de 1895
12. Se opuso a la idea de un Hijo por creación o adopción.
“No un hijo por creación, como los ángeles, ni por adopción, como el pecador perdonado, sino un Hijo engendrado a la imagen misma del Padre, y en todo el resplandor de Su majestad y gloria, igual a Dios en autoridad, dignidad y perfección divina.” — Signs of the Times, 30 de mayo de 1895
13. El dolor de Elena de White por los que no creen.
“Cuando leo en la Biblia sobre cuántos se negaron a creer que Cristo era el Hijo de Dios, me llena de tristeza. Leemos que incluso sus propios hermanos se negaron a creer en Él.” — Carta 398, 26 de diciembre de 1906
Podemos ver claramente la verdad:
1. Cristo fue el primogénito del Cielo y, por lo tanto, es el Hijo literal de Dios, lo que significa que tuvo un principio.2. Cristo ya era el Hijo de Dios en el Cielo y, por tanto, esto fue antes de que naciera en la Tierra como el Hijo del hombre.
3. La hermana White dice que Dios envió a su propio Hijo, lo que también revela que Él era el Hijo de Dios antes de venir a la Tierra.
4. La personalidad de Cristo como Hijo de Dios no comenzó con su encarnación, sino que existía de antemano en el Cielo.
5. Cristo nació de su Padre incluso antes de que Dios creara a los ángeles.
6. La guerra en el cielo comenzó porque Satanás estaba celoso del Hijo de Dios y quería ser exaltado por encima de Él.
7. Mateo 16:16-18 Jesus es el Cristo, el Hijo del Dios viviente!
Negar que Jesús es el Hijo literal de Dios no es solo una diferencia doctrinal… es un golpe directo a la identidad del Mesías, y una negación del amor del Padre que dio lo más precioso que tenía: a Su Hijo, engendrado desde la eternidad.
1 Juan 5:5 — “¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?”
Despues de toda la evidencia, podemos llegar a conclusiones seguras, que Cristo es el hijo de Dios literal. Además, cabe señalar que la encarnación de Cristo se caracteriza anteriormente como Cristo convirtiéndose en una «criatura» a partir de ser el «creador». ¿Por qué es esto significativo? Recordemos que Elena G. de White se refirió específicamente a que Cristo « NO ES UN HIJO POR CREACIÓN , como lo son los ángeles, ni un hijo por adopción, como lo es el pecador perdonado, sino UN HIJO ENGENDRADO A LA IMAGEN EXPRESA de la persona del Padre…» (ST 30 de mayo de 1895, párr. 3). Por lo tanto, la afirmación «Hijo engendrado a la imagen expresa» no puede referirse a la encarnación.
“Fue el Hijo Unigénito de Dios quien se entregó. Se dio a sí mismo por nosotros. Dejando atrás su esplendor, su majestad, su alto mando, y revistiendo su divinidad de humanidad, para que la humanidad tocara a la humanidad y la divinidad se abrazara a la divinidad, vino a esta tierra y, en nuestro favor, sufrió la muerte en la cruz.” {EGW, GCB 23 de abril de 1901, Art. B, párr. 3}
Miremos estas siguientes declaraciones:
«EL HIJO DE DIOS SE HIZO HIJO DE HOMBRE. Nació de una mujer. A María el ángel le dijo: “Le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” [Mateo 1:21]. Durante treinta años, Jesús vivió una vida tranquila y activa en su casa de Nazaret. Sus manos estaban endurecidas por el trabajo y su frente perlada de sudor. Vivió entre los afligidos y los pobres, y era uno con ellos. Sabe compadecerse de los más pobres y los más afligidos. SIENDO EL HIJO DE DIOS, el creador del mundo y de todas las cosas, TOMÓ EL ROL DE SIERVO, para que creyéramos que nos amó y se entregó a nosotros y por nosotros». {EGW, Ms45-1892.2}* [*Inédito, pero coincide plenamente con toda la inspiración sin ningún problema ni duda. También en contexto histórico al considerar lo que decían los primeros adventistas del séptimo día. El Hijo de Dios se convirtió en el Hijo del hombre.]
En estas otras citas veremos algo interesante. Padre e hijo son dos individuos distintos y separados.
“Las Escrituras indican claramente la relación entre Dios y Cristo, y ponen de manifiesto CLARAMENTE LA PERSONALIDAD E INDIVIDUALIDAD DE CADA UNO.” {CCh 76.4}
«Vi un trono, y en él estaban sentados el Padre y su Hijo Jesucristo. Contemplé el rostro de Jesús y admiré su hermosa persona… Le pregunté a Jesús si su Padre tenía una forma como la suya; Él dijo que sí, pero que yo no podía verla». —Carta de la hermana Harmon, Day-Star, 14 de marzo de 1846, pág. 7.
“Cristo y Dios son uno, y sin embargo son personalidades distintas . Cristo habló con autoridad consciente, como alguien que poseía en sí mismo un poder que le permitiría realizar su obra.” {Ms140-1903.44}
“Dios había investido a su Hijo con la autoridad para ocupar el trono eterno con su naturaleza divina. Si bien Cristo se distinguió por su propia personalidad , reflejó el resplandor de la grandeza que le pertenecía debido a su posición de honor dentro de la luz que lo rodeaba, en unidad con Dios.”{Ms156-1903.4}
Estas palabras demuestran que Dios y Cristo son dos personas distintas y separadas . La unidad por la que Cristo ora, que consiste en hacer a los creyentes uno con Él, como Él es uno con el Padre, no destruye la personalidad de Dios ni la de Cristo. Los creyentes se convierten en hijos de Dios, y la personalidad de todos se conserva. {Lt52-1906.23}
“Aquí se pone de manifiesto la posición de Jesucristo con respecto a su Padre. Si bien son uno en propósito y uno en mente, en personalidad son dos . {RH, 15 de agosto de 1907, párr. 4}
El capítulo diecisiete de Juan habla claramente sobre la personalidad de Dios y de Cristo , y sobre su relación mutua. «Padre, ha llegado la hora —dijo Cristo—: glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti» [Juan 17:23, 3, 5-11]. Aquí se manifiesta la personalidad y la individualidad (MS 124, 1903). {5BC 1145.10}
“En esta Escritura se habla de Dios y de Cristo como dos personalidades distintas , cada una actuando según su propia individualidad.” {MR760 18.2}
“Estas palabras presentan a Dios y a Cristo como dos personalidades distintas .” {1NL 124.6}
Nota: No es difícil comprender, a la luz de las declaraciones inspiradas, que Jesús existía eternamente como el Hijo unigénito de Dios antes de descender a este mundo. Su identidad divina no nació en Belén, ni comenzó en el seno de María; ya era el Hijo de Dios mucho antes de hacerse carne. La encarnación no lo convirtió en Hijo de Dios, sino que reveló al Hijo que ya existía junto al Padre desde los siglos eternos. La condescendencia del cielo lo hizo Hijo del Hombre, para que los hijos de los hombres pudieran llegar a ser hijos de Dios.
El misterio de la piedad es este: el Hijo eterno se humilló para vestir nuestra humanidad, sin dejar de ser lo que siempre fue —el unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
¿Crees tú en el Hijo de Dios?
Discipulo de Cristo
Jeser Alejo

